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Menopausia: Cómo afrontarla y disminuir sus síntomas

¿Qué es la menopausia?
La menopausia (del griego mens, que significa «mensualmente», y pausi, que significa «cese») se define como el cese permanente de la menstruación  y la fertilidad, ocurre 12 meses después de su último período menstrual. La menopausia ocurre entre los 40 y 50  años, pero la edad promedio es de 51 en México.

La menopausia es un proceso biológico natural. A pesar de que termina la fertilidad, puede mantenerse saludable, vital y sexual. Algunas mujeres se sienten aliviadas porque ya no tienen que preocuparse por el embarazo.

Aun así, los síntomas físicos y emocionales de la menopausia pueden afectar su sueño, causar sofocos, bajar su energía o – para algunas mujeres – desencadenan la ansiedad o sentimientos de tristeza y pérdida.
¿Cuáles son los síntomas mas comunes?

En los meses o años previos a la menopausia (perimenopausia), puede experimentar estos signos y síntomas:

  • Períodos irregulares
  • Sequedad vaginal
  • Sofocos
  • Sudores nocturnos
  • Problemas del sueño
  • Cambios de humor
  • Aumento de peso y  metabolismo ralentizado
  • Adelgazamiento del cabello y la piel seca
  • La pérdida de la plenitud de mama
  • Es posible, pero muy inusual, la menstruación todos los meses hasta su último período. Lo más probable es que experimentarás alguna irregularidad en la menstruación.
 Con frecuencia, los períodos menstruales se producen cada dos a cuatro meses durante la perimenopausia, especialmente uno o dos años antes de la menopausia. A pesar de períodos irregulares, el embarazo es posible.
¿Cuáles son sus causas?
La declinación natural de las hormonas reproductivas. Al acercarse a los 30 años de edad, los ovarios comienzan a producir menos estrógeno y progesterona – las hormonas que regulan la menstruación – y los descensos de la fecundidad. En los 40s, los períodos menstruales pueden llegar a ser más largos o más cortos, más pesados o más ligeros, y más o menos frecuente, hasta que finalmente – en promedio, 51 años de edad – los ovarios dejan de producir óvulos, y no se tienen más períodos menstruales.
La histerectomía. En una histerectomía, que retira el útero pero no los ovarios  por lo general no causa la menopausia. A pesar de que ya no se tienen períodos, los ovarios siguen liberando óvulos y produciendo estrógeno y progesterona. Pero la cirugía que elimina tanto el útero y los ovarios (histerooforectomía bilateral) ocasiona  menopausia, sin fase de transición. Sus períodos desaparecen de inmediato, y es muy probable que sufras sofocos y otros signos y síntomas de la menopausia, que pueden ser graves, ya que se producen estos cambios hormonales bruscamente en lugar de durante varios años.
La quimioterapia y la radioterapia. Estas terapias contra el cáncer pueden provocar la menopausia, causando síntomas como los sofocos durante o poco después del tratamiento. El cese de la menstruación (y la fertilidad) no siempre es permanente después de la quimioterapia, por lo que las medidas de control de la natalidad todavía se puede desear.
Insuficiencia ovárica primaria. Aproximadamente 1 % de las mujeres experimentan la menopausia antes de los 40 años de edad (menopausia precoz). La menopausia puede ser consecuencia de la insuficiencia ovárica primaria – cuando los ovarios dejan de producir niveles normales de hormonas reproductivas – imputables a los factores genéticos o enfermedades autoinmunes. Pero a menudo no se encuentra una causa. Para estas mujeres, la terapia hormonal se recomienda generalmente por lo menos hasta la edad de la menopausia natural, con el fin de proteger el cerebro, el corazón y los huesos.
¿Qué complicaciones acompañan a la menopausia y cómo puedo resolverlas? 

Después de la menopausia, el riesgo de ciertos problemas médicos aumenta. Algunos ejemplos son:

Enfermedades cardiovasculares.  Cuando sus niveles de estrógeno disminuyen, el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular aumenta, ya que se modifica el porcentaje de grasa, lo que favorece la arteriosclerosis y el aumento de la presión arterial. Es importante tomar medidas de control de peso, así como aumentar el consumo de grasas saludables con alto contenido de Omega 3 y vitamina E.
Osteoporosis. Esta condición hace que los huesos se vuelvan frágiles y débiles, lo que lleva a un aumento del riesgo de fracturas. Durante los primeros años después de la menopausia, se puede perder densidad ósea a un ritmo rápido, aumentando el riesgo de osteoporosis. Las mujeres posmenopáusicas con osteoporosis son especialmente susceptibles a las fracturas de sus caderas, muñecas y columna vertebral. Para prevenir esta condición es indispensable realizar ejercicio físico moderado diariamente durante al menos 30 minutos, así como consumir cantidades suficientes de Calcio y vitamina D. 
El aumento de peso. Muchas mujeres aumentan de peso durante la transición a la menopausia y después de la menopausia porque el metabolismo se ralentiza. Es posible que necesite comer menos y hacer más ejercicio, sólo para mantener su peso actual.
La incontinencia urinaria. A medida que los tejidos de la vagina y la uretra pierden su elasticidad, se puede experimentar un repentino y fuerte necesidad frecuente de orinar, seguida de una pérdida involuntaria de orina (incontinencia) o la pérdida de orina al toser, reír o levantar. Es posible que las infecciones del tracto urinario más frecuentemente. Fortalecimiento de los músculos del suelo pélvicocon ejercicios de Kegel y el uso de un estrógeno vaginal tópico puede ayudar a aliviar los síntomas de la incontinencia.
La función sexual. La sequedad vaginal por la disminución de la producción de humedad y la pérdida de elasticidad puede causar sangrado y malestar leve durante las relaciones sexuales. Además, disminución de la sensibilidad puede reducir el deseo sexual (líbido). Cremas hidratantes y lubricantes vaginales a base de agua pueden ayudar. Si un lubricante vaginal no es suficiente, muchas mujeres se benefician del uso de tratamiento local de estrógenos vaginales, disponible en crema.

Para determinar si se debe recomendar algún tratamiento, se debe establecer en qué etapa se encuentra la mujer y cuál es la sintomatología específica que está padeciendo. Además, es fundamental tener en cuenta la percepción de la calidad de vida de la propia mujer, así como sus preferencias.

Hábitos de vida saludable en la menopausia

Fomentar que las mujeres adopten hábitos de vida saludable a través de una alimentación adecuada, la practica de ejercicio y la supresión de hábitos tóxicos, constituye una de las mejores formas de prevención.

  • Dieta y alimentación en la menopausia: La menopausia se acompaña de una tendencia al incremento de peso y cambio en la distribución de la grasa. Es aconsejable limitar el consumo de grasas a menos de un 30 % del total de calorías y enriquecer la dieta en pescado (azul y blanco), ya que nos aporta ácidos grasos esenciales omega 3, útiles en la prevención de algunas enfermedades cardiovasculares.
  • Ejercicio físico: Tras la menopausia se produce una rápida pérdida de masa ósea y también una pérdida de masa muscular. La práctica regular de una actividad física en una mujer menopáusica puede resultar muy beneficiosa, ya que favorece el sistema circulatorio y el sistema músculo esquelético. El ejercicio mantiene la elasticidad de los músculos, mejora la coordinación y movilidad contribuye a la quema de calorías y mantenimiento del peso, mejora la hipertensión y los niveles de colesterol y tiene efectos psicológicos beneficiosos.
  • Eliminar hábitos tóxicos: El café, bebidas carbonatadas, alcohol y tabaco contribuyen al aumento de riesgo de osteoporosis y enfermedades cardiovasculares, por lo que se recomienda evitar su consumo.
  • Sueño: Los trastornos del sueño son una de las quejas más comunes en la menopausia. Se sabe que el paso del tiempo afecta tanto la calidad como la cantidad de sueño, aunque no todas las modificaciones pueden atribuirse a la edad ya que también intervienen factores psicosociales y patológicos.
  • Diabetes y la menopausia: Las constantes variaciones hormonales que identifican a la menopausia, logran desequilibrar el control de la glucosa que se haya logrado a través de hábitos nutricionales, ejercicio y control médico, en años pasados. Sobre todo porque al llegar a esta etapa las mujeres que hayan llevado una vida sedentaria suelen presentar más problemas de humor, de alimentación y de ejercicio.

Por ese motivo se recomienda una vida activa de acuerdo al estilo de vida de cada mujer, ya que al llegar a la menopausia muchas de ellas, no solo desarrollan diabetes, sino, otras enfermedades como hipertensión arterial y obesidad.

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