Restableciendo el equilibrio

El aporte de la felicidad e inocuidad a la humanidad

La nueva normalidad nos exige tener una buena calidad de vida tanto para nosotros mismos, como para nuestros seres queridos. A veces llevamos una vida tan apresurada que nos es difícil pensar en cómo cuidarnos en el día a día. En esta ocasión hablaremos de situaciones cotidianas que probablemente ignoramos pero que nos ayudan bastante en la prevención de enfermedades mayores e incluso mejorar nuestras defensas. Es tranquilizante saber que podemos modificar pequeños hábitos en nuestra vidas y de esta forma ser menos vulnerables.

Comenzamos por hablar de nuestros adultos mayores quienes han sido la población más afectada en esta pandemia, ya que muchos tienen problemas crónicos de salud, es uno de los grupos a los que se les han impuesto más medidas restrictivas, esto altera sus defensas y los lleva a ser más vulnerables ante cualquier enfermedad. El mantenerlos
felices y saludables tanto física como mentalmente son factores que los fortalecen y los llevan a un bienestar.

En la biomedicina la calidad de vida en el adulto mayor, se concentra en las dimensiones de salud física y mental, con el paso de los años se acumulan los descuidos, se ven
reflejados en la salud física, mental y emocional. Es muy importante tener presente una regla básica, lo que se usa se mantiene tonificado, lo que no se usa se atrofia. Si se deja de hacer ejercicio tonificante, oxigenante, se pierde músculo, se reduce la capacidad de oxigenación. Si se deja de aprender, se deja de estimular la creatividad, la memoria, dichas capacidades se ven disminuidas. Si se dejan de tener momentos cotidianos de felicidad, disfrute, dicha y placer, el estado anímico lo evidencia.

Las secuelas de una mala nutrición y una dieta inadecuada llevan a la disminución de músculo, masa y vigor. La malnutrición puede causar anorexia, la cual genera problemas
psicológicos, médicos y sociales, también causa problemas mentales especialmente cuando terminan en obesidad e incrementa el riesgo de diabetes.

Envejecer puede ser sinónimo de bienestar, vitalidad, felicidad, es algo que se cuida y se cultiva durante la vida integrando una nutrición adecuada, estimulando los sentidos, haciendo ejercicio tonificante, oxigenante, mantenerse mentalmente activo en algo que disfrute muchísimo hacer, integrar su propia dosis diaria de placer, conectar con la naturaleza, saberse y sentirse parte de la vida. La comida y la nutrición son aspectos importantes para tener una buena vida. La buena comida es sensorial y psicológicamente placentera sin consecuencias nocivas para la salud; las comidas son evocativas, añaden un sentido de seguridad, significado, orden y estructura en el día de un adulto mayor, nutriendo no solo el cuerpo, también los sentidos, el cariño, el bienestar.

Otra de las situaciones que probablemente pasamos desapercibida, es que en la vida moderna estamos en contacto con muchos químicos diferentes que se encuentran en los productos que usamos, en estos tiempos especialmente relacionados con la limpieza. Es fundamental recordar que gracias a la existencia de los microorganismos, la vida, nuestra vida continua y que estos microorganismos están presentes por dentro y por fuera de nuestro cuerpo, todo lo que nos aplicamos en la piel incide en ellos y en su bienestar. En estos tiempos debemos estar alerta de lo que usamos, compramos y nos aplicamos.

Por ejemplo un estudio realizado por la DCC danesa comparó 39 de las principales marcas de cosméticos (L’Oréal, Garnier, Schwarzkopf y Nivea) en diferentes países (34
ciudades en 6 continentes) para buscar si todos estaban compuestos de la misma manera y descartar que tuvieran sustancias ilegales o químicos no deseados.
Sustancias problemáticas; alérgicas, cancerígenas, tóxicas y malas para el medio ambiente. Dando como resultado versiones diferentes de cada marca y 37 de 39 productos calificados con sustancias problemáticas. Finalmente lo que inició con 39 productos terminó con 177 debido a las diferentes versiones en cuanto a contenido de esta.

Adicional, estos químicos también se encuentran en la comida que comemos y el aire que respiramos. Estudios nos muestran que un grupo particular de químicos llamados
interruptores endocrinos (EDC) pueden tener efectos negativos en la fertilidad del hombre o mujer.
Estamos expuestos a estos químicos con los productos que usamos en el día a día, como comida procesada, contenedores de comida, productos de cuidado personal, etc. Estos químicos pueden tener efectos negativos ya que entre otras cosas, algunos bloquean las hormonas sexuales del hombre y de la mujer. Lo que puede causar cambios hormonales, disminución de esperma, daños en el ADN, periodos de menstruación muy largos, embarazos tardíos, incrementa el riesgo de aborto y la temprana menopausia.

Debemos maximizar cuidados, hoy no nos damos cuenta del contenido que compramos a diario. Es recomendable para reducir la exposición a estos químicos: lavar frutas y
verduras (evitar el uso de cloro), reducir la ingesta de comida procesada, beber agua en vaso de vidrio evitando el plástico, nunca calentar comida en contenedores de plástico
ligero, dejar ventilar la casa, evitar pesticidas en el jardín y sobre todo leer las etiquetas en comida y productos de cuidado personal. Informémonos más y cuidemos a nosotros y a nuestros seres queridos.

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