Amor y salud
Al buscar el concepto de la palabra “amor” nos aparece la definición de ser un sentimiento de afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno. Como el amor hacia los hijos, a la familia, a los amigos, parientes o hacia algún grupo de personas.
Y es que el amor en sí es una fuerza vital que incide en nuestra forma de ser, de actuar, en la inspiración, la motivación; Amor y salud van de la mano, cuando conectamos con el amor baja el estrés, se activan áreas en nuestro cerebro responsables del cómo vivimos las emociones y afecciones diarias.
Es aquí cuando nos hacemos la pregunta, ¿Se requiere amor para estar sano?
Empecemos por distinguir amor de enamoramiento, que si bien se parecen no tienen nada que ver. El enamoramiento sucede, es un acto espontáneo y efímero. Amar tiene que ver con una decisión consciente, es decir, elegimos a quién amar.
El amor impulsa la vida y el cuidado de la misma. El amor facilita atender, mantener, cuidar y transformar las relaciones entre seres vivos, incluido el vínculo con nosotros mismos. Impulsa el florecimiento del bienestar, del auto cuidado y el restablecimiento de la salud. Es un potente reductor de estrés.
Se trata de un ingrediente esencial para una vida sana y satisfactoria. En contraparte la ausencia de interacciones amorosas, está típicamente asociado con enfermedades físicas y mentales. Las emociones positivas, como la compasión y la felicidad nos ayudan a sentirnos mejor y además mejoran las funciones corporales.
Amor y placer
El amor, la compasión y la alegría hacen que nuestro sistema inmunológico funcione mejor y nos ayude a combatir enfermedades. Adicional, el amor y el placer facilitan la confianza y la capacidad del cuerpo para restaurar y mantener la salud, es decir las capacidades de auto regeneración y autocuración.
Experiencias amorosas, placenteras, estimulan el crecimiento y desarrollo personal. Ya que libera endorfinas, sustancia que aumenta la sensación de bienestar en el cuerpo, se generan efectos protectores incluso del propio cerebro.
Así el amor y el placer son claramente capaces de estimular la salud, el bienestar y la productividad. Este maravilloso elemento biológico recarga las pilas para que podamos hacer de nuestra vida una experiencia gratificante y placentera asegurando la supervivencia, salud y perpetuación.
Amor e “Ikigai”
El amor también nos ayuda a conectar para darle sentido a nuestra vida, darnos seguridad emocional y fuerza para asumirlo, encarnarlo.
Es por esto que aprovechamos en este mes de Febrero la celebración del Día del Amor y la Amistad, para recordar la gran importancia que tiene el mantener lazos y vínculos afectivos fuertes para proteger nuestra salud, reducir el estrés y tratar de vivir una vida plena con felicidad.
Cultivemos el amor y placer haciéndolos parte de nuestra agenda diaria.