Una vida con propósito
Muchas veces en la vida pensamos en nuestra felicidad personal, en la felicidad familiar y en qué tan complicado es llegar a ella. La vida nos pone retos que superamos cada día, dentro de un mundo que va de prisa, hagamos una pausa. Pensemos ¿Cuál es nuestro propósito de vida?. Tal vez lo tengamos muy bien definido, tal vez aún no se ha pensado o probablemente se esté trabajando en el.
El propósito en la vida se ha definido como la intención de lograr algo que sea significativo para uno mismo Eso incluye comprometernos con algún aspecto del mundo más allá del yo. (Damon, Menon, and Bronk 2003). Tener un propósito está asociado con la salud física, mental, emocional, por lo tanto tiene un efecto positivo en la calidad de vida. Algunos estudios han reportado que las personas con un propósito bien definido tienen comportamientos saludables, mejor calidad de sueño y mejores defensas Eso nos ayuda a afrontar ciertas adversidades como diabetes y depresión.
Las personas con dificultad para conectar con un propósito de vida pueden sentirse sin esperanza, con poca motivación para vivir una vida activa, plena y saludable. Al igual la ausencia de éste se asocia con desórdenes alimenticios, abuso de sustancias y depresión.
Con el tiempo, esto puede llegar a deteriorar la actividad física, es aquí donde la población en crecimiento acelerado de adultos mayores, toca con un punto frágil. Es crucial en la sociedad que a mayor edad se pueda tener la capacidad de mantener sus funciones físicas sanas.
El propósito en la vejez
En este tipo de casos se han desarrollado muchas intervenciones para lograrlo: terapia, meditación, nutrición, ejercicio, descanso, risa. Todo aquello que ocasiona mejoras en la calidad de vida del adulto. Al tener bien definido el propósito de vida, el adulto mayor le encuentra un mejor sentido y dirección a su existencia, reconociendo lo que aporta a la familia, a la sociedad. Es capaz de asumir y ejercer su sabiduría, su rol de guardián y guía de las generaciones que le preceden.
Juventud, escuela, familia, amigos
En cuanto a los jóvenes es diferente. En los centros educativos se cree que el potencial académico que tiene cada uno es el principal factor que los lleve al éxito. Por lo general tienden a separar a los jóvenes con “alto potencial” y los de “bajo potencial” lo cual podría ser un desperdicio de talento colectivo. Lo cual consideramos una manera reduccionista de ver al jóven, y a cualquier persona.
Se podrían enfocar en apoyar a formar la dirección de un propósito en la vida. Historias de jóvenes ejemplares con un propósito abundan en noticias recientes. Tal es el caso de Malala, Greta Thunberg, Emma González entre otros, en el que su común denominador es que están enfocados en su propósito de vida.
Ayudar a los jóvenes a realmente encontrar su propósito de vida significa que cada persona reconozca y ocupe su lugar en la escuela, la familia, la sociedad, etc. Los jóvenes que persiguen un propósito:
- Desarrollan más esperanza de vida
- Cuentan con mayor bienestar
- Experimentan satisfacción en la vida
- Generan conexiones sociales significativas
- Fortalecen la esperanza y resiliencia.
Esto va unido a que el apoyo parental y apoyo de la comunidad estudiantil se asocie Alentarlos con valor, iniciativa y constancia, generando una mejor satisfacción de vida del adolescente.
“Ikigai”
En conclusión, entre más alta sea la satisfacción en la vida, más positiva se vuelve la salud integral, el desempeño en el trabajo y se logra un menor involucramiento en comportamientos problemáticos. El propósito en la vida incluye:
- Reconocer lo que cada persona tiene de valioso para compartir y poner al servicio
- Aceptar su compromiso en la vida
- Disfrutarlo
“Ikigai”, la felicidad de vivir. Es para los japoneses, la razón por la que te levantas cada mañana. Hagamos el esfuerzo para encontrar nuestro propósito de vida, irlo descubriendo, construyendo poco a poco, modelando, recreando, replanteando, a través de nuestro desarrollo personal y de esta manera tener una mejor calidad de vida.