Los ácidos grasos Omega 3 pertenecen al grupo de las grasas poliinsaturadas saludables, que se encuentran en algunos vegetales y pescados. Debido a sus características físicas y químicas, estos ácidos grasos actúan en funciones esenciales en muchos órganos de nuestro cuerpo que permiten el óptimo funcionamiento en diferentes procesos fisiológicos.
Los Omega3 se comportan como un verdadero «medicamento natural» que participa en la prevención y en el tratamiento de distintas enfermedades. Cuando comemos Omega 3 en forma de alimentos o suplementos, estos se incorporan en las membranas de la mayoría de las células del organismo, en mayor cantidad en la retina y el cerebro.
Miles de artículos científicos publicados en revistas de renombre internacional han demostrado que los Omegas 3 son eficaces en las siguientes situaciones clínicas:
1. Enfermedades cardiovasculares
Pueden reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, prevenir las arritmias, reducir el riesgo de trombosis, disminuir los niveles de triglicéridos, inhibir el crecimiento de placas arterioscleróticas, mejorar la función endotelial vascular, reducir la presión arterial y la inflamación en general. Además, pueden disminuir la probabilidad de muerte súbita por paro cardíaco.
2. Cáncer
El Omega 3 es un potente antiinflamatorio que protege contra numerosos tipos de cáncer como el de colon, pulmón, mama y estómago. Además, en personas que ya han padecido cáncer, disminuye significativamente el riesgo de recurrencia y prolonga la expectativa de vida.
3. Depresión
Nuestro cerebro está constituido principalmente de células grasas. Los ácidos grasos Omega 3 son una fuente indispensable de lípidos para formar las membranas celulares y el recubrimiento de nuestro cerebro. Los estudios científicos muestran que la deficiencia de Omega 3 está asociada con un aumento de depresión, sobre todo en mujeres que han tenido recientemente un bebé (depresión post-parto). Consumir al menos 3 gramos diarios de Omega 3 disminuye los síntomas de la depresión y aceleran la recuperación.
4. Eccema, Psoriasis y Dermatitis Atópica
Las enfermedades inflamatorias de la piel se ven altamente beneficiadas por el consumo de Omega 3. Una dosis diaria de 4 gramos al día disminuye significativamente la irritación, la inflamación y la comezón en las áreas afectadas. El efecto antiinflamatorio y regulador del sistema inmune favorece una recuperación más pronta y brinda flexibilidad y lubricación a la piel reseca.
Como ya hemos mencionado, los ácidos grasos Omega 3 son un constituyente esencial del cerebro. El consumir de manera regular estos aceites reduce significativamente el riesgo de la aparición de demencia senil, enfermedad de Parkinson y Alzheimer. Mejora la memoria, rejuvenece el cerebro, acelera los impulsos nerviosos y previene accidentes cerebrovasculares. Todas estas son suficientes razones para consumirlo diariamente. ¡Comienza hoy!